07 septiembre 2015

LUNA DE MIEL. PRIMERA PARADA: LAS VEGAS (DEL 13/07 AL 17/07). DÍA 1

Nos despertamos en la habitación del hotel tras nuestra llegada a Las Vegas. Con el cambio horario a las 6 de mañana ya teníamos el ojo abierto los dos. 

Nos preparamos y salimos desde temprano a recorrer el Strip, los hoteles y casinos, que era lo que nos tocaba ese día según nuestro "plan". Llama la atención el hecho de que salimos a las 7 y pico de la mañana de la habitación y cuando pasas por el casino del hotel a esa hora ya hay gente jugando. No sabemos a ciencia cierta si son madrugadores o trasnochadores... en los casinos de Las Vegas nunca se sabe: no hay ventanas, ni luz,..., nunca se sabe qué hora es. Está todo pensado para que juegues y bebas como si no hubiera un mañana (nunca mejor dicho).

Decidimos, ya que nos habíamos despertado tan prontito, ir a sacarnos la foto al cartel famoso de "Welcome to Las Vegas" que está al final del Strip, en su lado sur.

Y la verdad que fue una de las decisiones más acertadas que tomamos durante los días que pasamos allí. El calor es insoportable y se hace muy pesado estar en la calle en las horas en las que el sol está más alto. Pero fuimos un poco ingenuos pensando que estaba cerca del hotel... el razonamiento fue el siguiente: Si está al lado del Mandalay Bay y el Mandalay está aquí al lado de nuestro hotel (MGM), tiramos caminando. ERRORRRRRRRR.

Total, que tal y como avancé en el post de nuestra llegada a Las Vegas, lo que parece que está al lado nunca lo está y casi tardamos en llegar una hora entre pitos, flautas y paradas a hacer fotos.

Llegamos y apenas había cola. Aprovechamos para sacarnos varias fotos, con la cámara y el móvil.


Tras hacernos la foto tan deseada, volvimos sobre nuestros pasos para cotillear en los hoteles y casinos que habíamos visto por el camino: Mandalay Bay, Luxor, Escalibur, New York, Hard Rock Café, Planet Hollywood, Bellagio y Caesars Palace.

De los que visitamos esa mañana... es cierto que son vistosos y llaman muchísimo la atención desde fuera... pero gustarme, en verdad, me gustó en primer lugar el Caesars Palace -es inmenso-, el New York, New York -está bastante conseguido- y el Luxor -es lo más cerca de Egipto que he podido estar nunca, jeje-. El resto de ellos... sí, casinos enormes, fachadas curiosas (como la del Excalibur),... pero no me llamaron especialmente la atención. Es cierto que nos quedaban aún hoteles por ver y que el ranking al final cambió cuando terminamos de ver los hoteles que nos quedaban.









Mi marido, que juega al poker a menudo, quería llevarse de recuerdo una ficha de cada casino (y de ahí también en parte la peregrinación por ellos). Es un recuerdo bastante barato... la pides en la caja del casino, una ficha de un dólar para souvenir y, aunque no son las más bonitas, al menos se preocupan en buscar una que no esté muy cascada para que la lleves contigo de recuerdo.

Estábamos muertos de cansancio y calor y paramos a comer en un food court al lado del Casino Royale (a pie de Strip). El food court es un local donde hay varios puestos de distintas cadenas de comida y es más o menos barato (había pizza, un mexicano, un panda express y creo que otro de ensaladas variadas).

Tras la comida volvimos sobre nuestros pasos y visitamos el Flamingo (nos sacamos las fotos en sus jardines con sus flamencos -de verdad-). A la salida justo comenzaba el espectáculo de fuentes del Bellagio (empiezan a las 15:00 horas). La verdad que merece la pena quedarse y verlo, es espectacular (y cada pase varía la música y el movimiento de las fuentes).


Un consejo: Si queréis comprar agua, intentad comprarla en las tiendas de chinos que hay a lo largo del Strip. Es bastante más barata y hacen ofertas en bebidas frías. 

Tocaba volver pronto ya que ese mismo día habíamos hecho reserva para el espectáculo que decidimos ver allí: The Reve. Es un espectáculo acuático digno de ver. Os lo recomendamos 100%. Ubicado en el Hotel Wynn, como veréis, fuimos en taxi (de haber sabido desde el primer día de la existencia del monorail, lo hubiéramos cogido, pero ya os adelante en el primer post de esta luna de miel que el primer día pecamos de primos).

Compramos las entradas por internet en España y las llevamos ya impresas y compradas desde aquí. En el espectáculo que vimos, al tratarse de un escenario circular, poco importaba donde sentarse pero para otros shows, en los que sí importa, sobre todo, los del Circo del Sol, recomiendo llevar las entradas desde España y así también ahorrarse colas.







Los espectáculos son caros, no os dejéis engañar. Entre lo que cuesta la entrada y luego los impuestos que suman... Nosotros decidimos ver un sólo show de pago porque si hubiéramos ido a varios, el presupuesto se habría esfumado... (las dos entradas rondaron los 300 euros, creo recordar que fueron casi 295 euros... que en dólares es un poco más).

Tras el espectáculo, que nos requetencantó, fuimos a cenar al Stratosphere. Su torre es la más alta de Las Vegas y sus vistas son espectaculares. Hicimos una reserva ya desde España en su restaurante más famoso el "Top of the World", que tiene la peculiaridad de que va girando (sí, ¡gira!) así que tuvimos una vista de 360º de Las Vegas durante nuestra cena.

No os voy a engañar. Es caro. Ya de por si comer en Las Vegas es caro, pues allí pagas la comida, el sitio, las vistas  y... el aire que respiras. Podéis escoger su menú degustación, o bien, escoger lo que queráis de la carta (que, por cierto, no la tienen traducida a otros idiomas que no sean inglés). No teníamos demasiada hambre así que escogimos un entrante (un carpaccio) y un plato para cada uno (Juan Carlos un solomillo y yo un plato de pasta que llevaba marisco), una copa de vino para mí, agua para ambos (sin postre). Total: 150 dólares.

En la parte alta -la terraza- para la que no necesitas pagar entrada porque has cenado en el restaurante, hay atracciones muy chulas (aunque confieso que con lo arregladitos que íbamos y recién cenados no nos apeteció nada montarnos en montañas rusas o cosas así... iba a echar el plato de pasta que tanto me había costado por la boca). 



Aunque en la página web dice que hay código de vestuario no os engañéis. Juan Carlos cargó con un traje desde España (y unos zapatos arreglados) para nada. Llegamos allí y vimos a chicos con camisa y chinos y a algún grupo de japoneses con bermudas y chanclas... así que te lo venden en la web como un sitio estricto con el vestuario y cargas en la maleta algo que pesa para nada.

Pues bien, así transcurrió nuestro primer día completo en Las Vegas. Al día siguiente (DIA 2) tocaba excursión al Gran Cañón del Colorado. 









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