03 junio 2016

¿Cómo se coloca el velo del vestido de novia?

El post de esta semana en el blog va en la línea del post de la semana pasada. Es un post corto pero espero de utilidad. Para las que hayáis decidido llevar velo como complemento a vuestro vestido de novia estaréis pensando, ¿cómo se coloca un velo de novia?, pues esa es la pregunta a la que intentaremos dar respuesta. ¡Vamos allá!

¿Cómo se coloca el velo del vestido de novia?



La semana pasada dábamos algunos consejos para recoger la cola del vestido de novia (dejo el enlace al post por si queréis refrescarlo y volver a echarle un vistazo). Esta semana toca saber cuándo, dónde, cómo y quién coloca el velo de la novia.


Normalmente, el velo se escoge cuando ya tienes idea del vestido que vas a llevar, al fin y al cabo, el vestido dicta mucho el tipo de velo y cómo colocarlo, por ejemplo, un velo estilo pirata no le va a un vestido de princesa pomposo. Es cierto también, que una vez escojas el vestido y el velo, luego toca pensar en un peinado que le vaya al tipo de velo y vestido escogido. Lo habitual es llevar el velo a las pruebas de peluquería y enseñarle, al menos, fotos del vestido y velo al profesional, para que pueda aconsejarte el mejor peinado y la forma de colocarlo que más le vaya al conjunto. Hace ya tiempo dedicamos un post a las preguntas frecuentes que se hacen las novias sobre su peinado y maquillaje (te dejo a continuación el enlace por si quieres consultarlo). Normalmente, lo coloca el peluquero o peluquera, o bien, enseña a alguien de tu familia a ponértelo.


Pues bien, aunque el velo está ligado tradicionalmente a bodas religiosas, es cierto que el protocolo ha evolucionado mucho (o bien, las parejas lo aplican más a su parecer) y, poco a poco, asistimos a bodas civiles en las que la novia lleva velo y, en contra, bodas religiosas en las que la novia no lleva velo, o simplemente, no lo lleva tapándole la cara –antiguamente la costumbre era esa, en señal de pureza o virginidad-, o bien, lo lleva colocado de alguna forma distinta a la dictada por las tradiciones más remotas.

Velo largo, velo amantillado y mantillas.

Si te decides por un velo largo, el tamaño debería de dictarlo el tamaño o longitud de la cola del vestido. Lo habitual es que si escoges un velo largo o quieres llevar mantilla, que sobresalga un palmo con respecto a la cola del vestido para lucirlo (aunque si tiene justo la longitud de la cola, también estaría correctamente colocado).

¿Y cómo se pone? Hay distintas variantes:
  • Si el velo se coloca por encima del peinado o recogido, generalmente, se fija mediante una peineta. Muchas veces los velos vienen acompañados de una peineta de plástico transparente. Si no es tu caso, tendrías que adquirirla en cualquier mercería. El velo o mantilla se cose a la peineta y así se puede fijar al peinado o recogido.
Fotos: Rosa Clará

          Esta variante, a su vez, permite dos opciones:
  1. el velo puede caer doble, en dos capas, esto es, una más corta que caerá sobre la parte alta de la espalda y luego la capa larga, que se llevará hasta la cola. Para ello, el velo tiene que disponer de una longitud que permita hacer esa doblez y coserlo a la peineta de forma que al colocarla y fijarla al peinado, caiga de esa manera.

    Fotos: Rosa Clará

  2. el velo cae solo, sin dobleces.

    Fotos: Rosa Clará
  • Si lo que has comprado es un velo o mantilla que lleva una puntilla preciosa, que quieres que se luzca y enmarque tu cara, cayendo sobre tus hombros (esta opción da mucha luz al rostro de la novia), por ejemplo, entonces el velo debe colocarse a unos cuatro dedos desde la frente –contados desde el inicio del cuero cabelludo- y se sujeta con agujas de cabeza blanca (que no se suelen apreciar a simple vista, son sólo alfileres de sujeción). Si la tela es muy pesada, suele utilizarse el recurso de hacerlo caer sobre los hombros y engancharlo con las mismas agujas a la tela del vestido –con holgura suficiente como para permitir que la novia pueda mover la cabeza de un lado a otro-. Así también el velo mantiene su forma y la novia no tiene que estar constantemente recolocándoselo. Si tu opción es una mantilla, se puede fijar con una aguja-joya al recogido.
Fotos: Rosa Clará

En ocasiones se han visto novias que llevan la mantilla hasta la frente, e incluso, que la anudan en la parte trasera (modo pirata) o a un lado (modo vintage). Como siempre, es cuestión de gustos, de lo que mejor le quede a la novia y le vaya al vestido.


Fotos: Rosa Clará
  • Si el velo quieres que te cubra la cara durante tu entrada a la ceremonia, normalmente, suele recurrirse a un recogido medio o bajo y se coloca el velo con el doblado que os comenté anteriormente, justo encima del recogido. Sólo se trata de pasar la capa corta hacia delante y, cuando quieras descubrirte la cara, pasar la capa corta hacia detrás. La costumbre antigua dictaba que la novia debía entrar en la iglesia con la cara tapada y permanecer así hasta el primer baile. Actualmente, las novias no llegan a esos extremos y las ves a cara descubierta a la salida de la ceremonia o a su llegada al banquete. La mayoría incluso, tras la ceremonia, cambia el velo por un tocado sencillo, o se quita el velo y deja al descubierto su peinado.
  • Si optas, en cambio, por un velo (o una cascada de tul) que salga del propio peinado o de debajo del recogido, el velo también debe ser cosido a una peineta, para un buen ajuste y fijación al peinado. La peineta puede ser la de plástico que he comentado anteriormente, o bien, puede ser alguna peina o joya de la que aparentemente salga el velo cayendo. El recogido tiene que ir algo levantado, no pegado a la nuca, para evitar que el velo pueda rozar el cuello.
Fotos: Rosa Clará

Velos cortos

Los velos cortos tienden a colocarse de forma similar a las opciones que hemos comentado con los velos largos, con la excepción de que no hay que prestar tanta atención a la longitud del velo para que estéticamente quede bien con la cola del vestido. Eso sí, se recomienda que el velo corto caiga justo por debajo del escote de la espalda del vestido, para que no deje ver piel de la espalda de la novia.

Los velos cortos son buena opción para aquellas novias que no quieren quitárselo el resto del día, o bien, es únicamente una opción estética… por el peinado o vestido escogido (volvemos a la introducción del post).

Sin velo

También es otra opción, la opción velo nulo. En mi caso, fue la que escogí. Me compré un tocado sencillo que el peluquero me colocó mientras me peinaba. Aguanté con él todo el día y para mi fue la decisión más cómoda. Como siempre digo, yo sólo doy opciones, las decisiones las toman los novios.

Lo que si debes tener en cuenta, con independencia de la opción escogida, es que las personas tienden a abrazarte y es posible que tiren del velo cuando eso suceda… a veces te tirará un poco del peinado e, incluso, puede tirarte un poco del cuello. Intenta que el peinado sea fuerte, que la fijación del velo esté bien y aguante el peso de la tela (más el peso añadido de los abrazos efusivos, jeje).

Pues bien, espero que aquellas que os encontréis en búsqueda de vestido, velo o peinado, tengáis estos pequeños consejillos en cuenta. ¿Vais a llevar velo en vuestra boda? ¿Cómo tenéis pensado colocarlo? ¡Feliz semana!

2 comentarios

  1. Enhorabuena por el blogspot es genial!! He visto fotos de tu boda y me gustaría saber de donde es el tocado que llevabas. Muchas gracias
    Veronica

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    Respuestas
    1. Hola Verónica, me alegra que te guste y sirva. He estado unos días de vacaciones pero ya estoy de vuelta.
      El tocado que llevaba en mi boda es de Dolores Petunia. Están confeccionados a mano y tienes distintos modelos. Echa un vistazo a su web :)

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